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Riders en la pandemia: en los límites de las nuevas movilidades

Los así llamados “riders” (pequeños transportistas a domicilio) han emergido en los últimos años en la combinación de dos nuevos fenómenos urbanos: por un lado, las nuevas infraestructuras de movilidad sostenible, como la peatonalización y los carriles bici, y por otra las nuevas economías de plataforma. El uso que hacen los riders de las infraestructuras de movilidad sostenible frecuentemente contradice el modelo “ciudadanista” que preside estas infraestructuras, puesto que es un uso comercial y no cívico de la ciudad, en el que se maximiza el tiempo, y frecuentemente se transgrede la normativa. Uno de los puntos más polémicos de la actividad de los riders es su accidentalidad. Al ser autónomos, no tendrían derecho a ser asegurados por la compañía. La autonomía de los riders se manifiesta en ese sentido como una forma de precariedad e inseguridad. Pero esta ambigüedad no es casual: la economía de plataforma y la estrategia de las startup (Aribnb, Uber, Glovo) se propone precisamente trabajar en nichos de mercado emergentes y legalmente ambiguos, tanto en el aspecto laboral como de movilidad. El trabajo de los riders se ha multiplicado de forma exponencial durante la pandemia, con sus limitaciones a la movilidad, al mismo tiempo que las condiciones de trabajo de los riders han sido sujeto de protestas, debate público y nuevas legislaciones. En este paper nos proponemos describir etnográficamente la emergencia de este fenómeno, y reflexionar sobre sus consecuencias inmediatas en la ciudad post-pandémica.