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Repensando la noción de área cultural a través de los mapas culturales: América del Sur como espacio paradigmático

De la producción de los mapas culturales americanos destaca la división organizada desde el poder colonial entre indígenas y no indígenas, muy a menudo materializada en mapas que distinguían la tierra nombrada (tierra conquistada), y la tierra incógnita, ocupada en el imaginario colonial por masas homogéneas de salvajes, aquellos que no alcanzaban los estándares civilizatorios. Pero la política hace milagros y rápidamente se organiza el territorio en indios de paz e indios de guerra. En este sentido las primeras áreas en América revisten a la vez un contenido cultural (ser o no civilizados en aspectos como el vestido, las formas de organización social y religiosa entre otras) y un contenido vinculado con los foreign affairs, marcando las subsiguientes agendas de conquista del poder colonial. Dos conceptos que desarrollaremos en esta comunicación: razones socioculturales y razones políticas para la clasificación. Esta simplicidad clasificatoria, que no es homogénea, se sofistica con el tiempo. Desde la Europa decimonónica, y particularmente desde inicios del siglo XX, autores como Rivet, Métraux, Nordeskiöld, Karsten, Lévi-Strauss o Koch-Grünberg o en América Boas, Wissler, Kroeber, Lowie, Steward y Murdock entre otros, desde miradas y contextos muy diversos, construirán, a la par que departamentos universitarios, museísticos, y de investigación, unos mapas culturales que afectarán tanto las políticas internacionales convulsas del siglo XX como las miradas académicas sobre los pueblos amerindios. Al detalle de esta historia, fruto de documentación de archivos en Paris, Gotemburgo, Nueva York y Washington, dedicaremos este texto.

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