Desde Demócrito, el Ser Humano se han interrogado sobre qué es lo que definimos como Realidad así como sobre nuestras posibilidades de su aprehensión objetiva. Los mecanismos sensoriales, cognitivos en definitiva si los relacionamos con las capacidades comprehensivas del Ser Humano, están delimitados por un entramado físico de un tamaño limitado, deudor de una determinada complejidad. La realidad percibida tendría que ver con esos mecanismos que contribuyen a la construcción orgánica y relativa de dicha percepción. Quizá la nomenclatura de este fenómeno estaría contenida en una suerte de Particularismo Orgánico-Cognitivo.Elementos del Paleolítico Superior, la pintura rupestre figurativa v.gr., confirman que nuestra especie percibe desde hace decenas de miles de años una Realidad reproducible e identificable a lo largo de su historia. Ello no significa, sin embargo, que dicha realidad sea única, objetiva y exterior a ese perceptor concreto, la especie humana, ya que otros dispositivos sensorial-cognitivos deberían proporcionar percepciones diferenciadas de lo que, etnocéntricamente, definimos como Realidad.Esta realidad subjetiva o relativa, ajena por completo a su construcción social o cultural, plantearía severos problemas de comprehensión cuando intentáramos relacionarnos con otros entes conscientes, pero con capacidades sensoriales y cognitivas seriamente distintas de las humanas.