La situación de crisis socio-sanitaria por efecto de la pandemia por Covid-19 esta siendo ampliamente abordada desde múltiples enfoques y disciplinas. Sin embargo, la multidimensionalidad de este evento hace necesario complementar y superar las miradas exclusivamente biomédicas y sanitarias, con la incorporación de los análisis propios de las Ciencias Sociales, y de la Antropología en particular, como herramientas de abordaje de las complejas realidades poliédricas de un fenómeno de naturaleza claramente biosocial. De un lado, se ha puesto de manifiesto el papel de los comportamientos sociales como factores clave en la transmisión de la enfermedad, junto con la evidencia de las diferencias sociales, culturales y económico-políticas como factores favorecedores o limitantes del curso de la enfermedad. Pero especialmente, la observación de una fuerte confluencia de fenómenos, en la forma de una sindemia de problemas sociales y de salud relacionados y convergentes, pone de manifiesto la utilidad de los enfoques antropológicos, como aproximaciones integradoras y de síntesis para el abordaje de estas situaciones. En estos marcos excepcionales, de crisis y emergencia de problemas sociales y de salud pública vinculados e interdependientes, cobra especial interés la tarea de una revisión y replanteamiento del modelo estándar de determinantes de la salud, con un especial énfasis, en la revisión del concepto de “estilo de vida”, a través de su expresión particular en el marco epidémico, en la forma de los comportamientos de salud/riesgo, considerando sus vínculos y relaciones con distintos factores y condicionantes sociales de la conducta individual, y su papel en la evolución y curso de la situación de enfermedad colectiva.

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