Las hostilidades y la violencia contra los inmigrantes procedentes del Tercer Mundo en Europa obligan a analizar en profundidad el resurgimiento del viejo demonio del racismo bajo un nuevo disfraz. Sin embargo, es posible detectar una transformación en la retórica de la exclusión. A partir de las antiguas afirmaciones respecto a las distintas cualidades raciales, particularmente desde la organización decimonónica del mundo occidental a partir de los estados-nación, desde los años setenta ha surgido una retórica de la inclusión y de la exclusión que subraya la diferencia entre grupos humanos en base a tradiciones culturales y herencia. Una retórica que asienta la demarcación cultural en el territorio. En esta comunicación me propongo examinar dicha transformación, rastrear sus raíces sociales y políticas, ahondar en las políticas nacionales particularmente de Gran Bretaña, Francia y Alemania y valorar la construcción de Europa como nueva identidad supranacional en base a la edificación de nuevas fronteras externas, nuevos muros, nuevos mapas que a la vez que excluyen a conjuntos de personas adscritas a una nueva identidad colectiva extracomunitaria, diluyen la diversidad interna bajo un sentimiento de cultura europea compartida.

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