En un trabajo de campo etnográfico transversal, con profesionales místicos-terapeutas tales como canalizadores, lectores de registros akáshicos, maestros reiki, chamanes, astrólogos o terapeutas de mística judía, el resultado de los datos etnográficos ponen de manifiesto que, a pesar de las distintas técnicas terapéuticas y cuerpos de creencias que pueden divergir, todos ellos comparten una noción de persona muy similar que transciende el plano terrenal y que se comprende teniendo presente la concepción de la “multidimensionalidad”. En los diferentes planos que conforman la “multidimensión”, la persona transita de uno a otro, pasando de estados etéreos a carnales en función de su propósito de vida, y lo hace a partir de su “esencia”, noción clave para entender qué es la persona. En el transitar multidimensional, las “esencias” se relacionan entre ellas -conformando lo que se llaman “grupos de almas”- la mayoría de las veces a partir de relaciones de parentesco que son cambiables en cada uno de los planos o en las distintas reencarnaciones que las “esencias” pueden tener en el plano terrenal. En esta comunicación mi propósito es mostrar cómo estos nuevos -o no tan nuevos- misticismos representan a la persona, cuáles son las representaciones de la “multidimensional” y del transitar de las “esencias” en cada una de las dimensiones que la conforman para, finalmente, adentrarme en cómo se construyen las relaciones de parentesco y cómo estas son mutables a través de los llamados “pactos entre almas”.

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