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Paisajes étnicos en la pandemia de COVID-19. Diferencia, control y exclusión étnica en Berlin y Sevilla.

En el contexto europeo, uno de los grupos más afectados por el COVID-19 fue el de los inmigrantes debido a la pérdida de puestos de trabajo, la precariedad de las condiciones laborale, la pérdida de los requisitos para mantener los permisos de residencia y la falta de acceso a la asistencia y los servicios sociales (European Commission, 2021). Sin embargo, las representaciones políticas y mediáticas presentan a los inmigrantes y a las minorías étnicas internas como un colectivo de riesgo, vinculando el aumento de casos en determinados barrios de la ciudad con su presencia. Brotes ocurridos en barrios desfavorecidos han alcanzado el primer plano de la agenda mediática. En la narración mediática y pública, los brotes de COVID-19 no se han relacionado con la condición urbano-social; al contrario se han vinculado a "actitudes culturales" y "estilos de vida" atípicos o desviados, que favorecieron el contagio.El artículo se basa en dos casos de brotes de COVID-19 que se cree que se originaron en celebraciones religiosas superpobladas a finales de la primavera de 2020. Los brotes condujeron al aislamiento de bloques de pisos en el barrio de Neukoëln (Berlín, Alemania) y de las Tres Mil Viviendas (Sevilla, España) donde vivían principalmente inmigrantes romaníes (Berlín) y gitanos autóctonos (Sevilla). El artículo propone un análisis comparativo que reflexiona sobre la articulación entre los "escenarios" mediáticos, ideológicos y étnicos que conectan con las diferentes manifestaciones del racismo cultural en los distintos contextos. Los casos se investigan en el marco del proyecto de investigación MIGRASCAPES.