Desde principios de 2020, la pandemia de la COVID-19 ha causado una profunda disrupción en la vida personal y profesional de millones de seres humanos. A pesar del daño causado, la pandemia también ha servido para promover reflexiones profundas sobre diferentes temas, como son los (auto)cuidados en diversos contextos, incluido el investigador. Así pues, en esta autoetnografía performance analizo mi experiencia investigadora como autoetnógrafa durante la pandemia de la COVID-19 para examinar hasta qué punto las condiciones materiales y emocionales generadas por la gran crisis sanitaria, psicológica y económica que ha provocado la pandemia han limitado mi labor. Más aún, esa reflexión me permite ahondar en mis vivencias como investigadora en general, ya que la pandemia ha sacado a relucir, entre otras cuestiones, que para poder investigar y compartir el conocimiento creado resulta vital cubrir unas necesidades materiales y emocionales mínimas con las que, de por sí, no contaban muchas investigadoras antes de la pandemia. En ese sentido, concluyo mi reflexión sugiriendo una serie de propuestas sobre los (auto)cuidados a incluir tanto en la etapa formativa de lxs investigadorxs autoetnográficxs como en el desarrollo de la labor investigadora cotidiana. En definitiva, esta presentación comparte una reflexión crítica que enriquece las aportaciones de la (auto)etnografía feminista a la ética del cuidado y que también contribuye a descolonizar, sanar y reparar una institución, la academia, cuyas prácticas institucionales siguen reproduciendo desigualdad y opresión.