El proyecto de modernidad imperante en el contexto actual globalizado no impide la eclosión de particularidades locales en las que los agentes sociales producen y reproducen sus propias realidades religiosas. Así, después de un trabajo de campo realizado a lo largo de seis años en la periferia de Barcelona (España), se puede constatar que los practicantes de religiones afrocubanas producen sus propias prácticas religiosas para relacionarse creativamente con las lógicas dominantes de la modernidad y, con ella, del secularismo. Uno de los aspectos que permite dar mayor cuenta de esta producción creativa, tanto en un plano conceptual como en un plano político, es la sangre sacrificial.Por un lado, en cuanto al plano conceptual, la sangre sacrificial permite cuestionar una de las fronteras más arraigada de la racionalidad moderna, heredera de la Ilustración, y piedra angular de las lógicas secularistas. Se trata de la frontera entre el mundo tangible y el supuestamente intangible. A partir de los datos etnográficos, se observa cómo la sangre sacrificial deshace este binomio y estable un marco relacional complejo basado en diferencias sintagmáticas, aunque no ontológicas, entre ambos mundos.Por otro lado, en cuanto al plano político, la sangre sacrificial activa mecanismos, tanto discursivos como rituales, que permiten a los practicantes religiosos producir su legitimidad en el contexto europeo, apelando a diferentes estrategias de autenticidad. Estas estrategias generan, inevitablemente, escenarios de conflicto que no solo se manifiestan en relación a los no-practicantes religiosos, sino entre los mismos practicantes de religiones afrocubanas en la ciudad de Barcelona.

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