La Elección de la pubilla en Cataluña. Género, Herencia, Catalanidad y otros desajustes.
Esta comunicación informa de una investigación en marcha sobre las fiestas de elección de pubilla que tienen lugar en Solsona y Mataró, en el primer caso desde 1969 y en el segundo recuperadas desde 2017. La celebración –parecida a las de elección de la Fallera Major en las fallas valencianas, por ejemplo– ha tenido históricamente y con mayor frecuencia como protagonista a la pubilla, la figura del derecho civil sucesorio catalán que recibía la herencia de la familia y asumía la responsabilidad de dar continuidad al patrimonio familiar a la hija mayor cuando no había ningún hijo varón en condiciones de ser el heredero o hereu. Más allá de su origen y definición, el pubillatge interesa por el equilibrio que mantiene entre reglamento y protocolo, por un lado, y agencia e innovación, por el otro lado. A la vez que sus diversas versiones comparten unas directrices básicas comunes, los certámenes de elección de pubilla, y actualmente también de hereu, varían en función de la historia y los contextos de cada municipio. El problema surge cuando, a pesar de sus actualizaciones, la celebración no tiene manera de liberarse de los elementos que la asocian con el modelo patriarcal de familia, conceptos superados de patrimonio y propiedad, concomitancias religiosas vinculadas a la Iglesia y, en general, la deuda con los referentes de la catalanidad conservadora y esencialista propios de la Renaixença, todo lo que hace esta tradición difícilmente compatible con los valores hegemónicos que homologan una expresión de cultura popular como institucionalizable.