En el marco de la actual reforma urbanística de la Rambla de Barcelona, la avenida más emblemática del centro de la ciudad, una de las primeras actuaciones anunciadas por el Ayuntamiento es la eliminación de los quioscos que hasta hace diez años albergaban las pajarerías del paseo. En el año 2010, en paralelo a la creciente tematización y reconversión hacia el turismo masivo sufrida por la avenida y por una parte importante del distrito de Ciutat Vella, el Ayuntamiento forzó la transformación de las pajarerías para que estas dejaran de vender pájaros, de acuerdo con la nueva prohibición de venta de animales en la ciudad, y pasaran a dedicarse a la venta de productos gourmet, souvenirs y artículos de regalo.Esta comunicación es fruto de un proyecto en curso cuyo principal objetivo es recoger la memoria colectiva alrededor de estos quioscos y de su historia, a partir de los testimonios y relatos de vida de aquellos que los habían frecuentado, así como de los propios pajareros. De esta forma se pretende reconstruir la historia y el recorrido de las antiguas pajarerías durante sus más de cien años de existencia como parte de lo que fue el paisaje popular y heterogéneo de la Rambla, en un momento en que sus últimos vestigios están a punto de desaparecer del espacio de la avenida sin dejar rastro, igual que lo hicieron ya los bares, cafés, estatuas humanas y otros elementos que hacían de la Rambla un espejo de lo que fue la ciudad popular.

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