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Instrucciones para dar cuerda a la acción: los tiempos sociales del activismo

El activismo, dentro de su diversidad y del carácter situado y somático que irremediablemente lo produce, lo enmarca y lo sostiene colectivamente, puede entenderse como una práctica política que de algún modo acelera, intensifica e incentiva la acción social. Una práctica que socializa lo político y politiza lo social, enredando y recomponiendo los tiempos y los espacios (temporalizando el espacio, espacializando el tiempo), y que de algún modo implica un compromiso táctico y moral: ser activista suele conllevar un modo de vida, un estado del cuerpo, un lenguaje y una temporalidad. En esta presentación discutiremos los tiempos sociales del activismo, pensando desde el ejemplo de distintas luchas y colectivos. A partir de diferentes viñetas etnográficas, recogidas durante la última década en mi trabajo de campo con movimientos sociales, analizaremos las relaciones entre el tiempo vivido y el tiempo luchado, entendiendo que el tiempo activista es siempre, también, un tiempo histórico, sujeto a los devenires e imaginarios de cada época. En este sentido, pensar las temporalidades de los activismos contemporáneos nos ayudará a interrogar nuestro propio tiempo histórico, ecológico y cultural. De la urgencia del activismo climático a la retórica “slow”, decrecentista y desaceleracionista de ciertos movimientos de base; de las acciones de emergencia en la pandemia a la cotidianidad intermitente de los centros sociales okupados; o del llamado “tiempo real” del ciberactivismo y la tecnopolítica a la militancia de zapping que se activa y desactiva puntualmente, en esta presentación rastrearemos y problematizaremos las distintas lógicas político-culturales de las temporalidades activistas.