En esta comunicación planteamos nuestra experiencia de trabajo de campo en diversas investigaciones durante el confinamiento provocado por el Covid-19. Desde nuestra posición de investigadorxs feministas y precarixs, tomamos las herramientas de la etnografía feminista para problematizar la construcción de las relaciones de confianza con lxs participantes. La anulación de la presencialidad de los procesos etnográficos nos ha hecho ensamblar diversas herramientas etnográficas para construir relaciones de confianza. En este proceso, nos parece fundamental subvertir estas lógicas positivistas, en las que la confianza se puede utilizar como una herramienta extractivista. Siguiendo la propuesta de definir estas relaciones de investigación como relaciones de cuidado (Gregorio, 2020), queremos reflexionar sobre los dilemas éticos y conflictos que han surgido en nuestros procesos.Así, queremos reflexionar sobre qué usos hemos hecho del anonimato y reflexionamos hasta qué punto rechazar los métodos online enraíza con un posicionamiento positivista que invisibiliza el carácter dialógico de toda producción de conocimiento (Gregorio, 2006). Así mismo, nos preguntamos sobre la re-definición del espacio de la intimidad desde “lo online” (Zafra, 2011), todo esto en el contexto en el que han recrudecido las lógicas extractivistas en base a la “urgencia” de nuestras investigaciones.Por ello, nos planteamos: ¿Cómo construimos confianza cuando no podemos mostrar en persona quienes somos, cuáles son nuestras acciones? ¿Cuáles son las diferencias en el entendimiento de la confianza en el contexto presencial y online? ¿Cómo podemos construir las relaciones de investigación desde los cuidados?