Las redes vecinales de apoyo mutuo son un actor clave en la contención de los impactos que las familias más empobrecidas han vivido a causa de la especulación inmobiliaria de los últimos años y de la emergencia alimentaria durante la crisis de la covid-19.Cuando están conectadas dentro de estas redes, las familias más vulnerables ante el riesgo de pobreza  y exclusión social desarrollan una mayor capacidad de afrontamiento y ponen en práctica una serie de estrategias basadas en el arraigo y el capital social.  Los recursos económicos, materiales e inmateriales fruto de conectar las redes formales con las redes informales complementan sustancialmente los ingresos  base de la economía doméstica, y permite ofrecer un mayor bienestar material, relacional y psicoemocional a sus hijos e hijas.. El tratamiento de los efectos de las crisis socioeconómicas de forma colectiva y la provisión de nuevos bienes materiales e inmateriales obtenidos Gracias a esa conexión entre diferentes tipos de redes descarga la pesadumbre y la sensación individual de fracaso, mejora el clima familiar, reduce el estrés provocado por la imposibilidad de procurarse la subsistencia, aumenta las posibilidades de acceso a la educación en igualdad de oportunidades, aumentar la autoestima, y dignifica y potencia la defensa de derechos fundamentales.