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El milagro de Sapucai. De Platon y Durkheim, al carnaval de Rio de Janeiro

Joazinho Trinta, jefe de "bloco" participante en los carnavales de Rio de Janeiro decidió bajo el título "Ratos e Urubus, larguem minha fantasia" y para la coreografía de 1989 romper con el lujo, las pedrerías, la ostentación y montar un desfile con sambistas vestidos con basura, incorporando a multitud de personas sin hogar (populaçao da rua) a participar de la coreografía. Incorporó a un Cristo Redentor (el símbolo de Río), que saldría de la favela, cubierto de basura, un Cristo Mendigo, como carro principal (en lugar de la característica carroza principal con las estrellas sambistas). A pesar de algunos problemas, y contra todo pronóstico ante una propuesta “anti – estética” y rompedora con los cánones del sambódromo de una de las capitales mundiales del carnaval, no sólo desfilaron, sino que ganaron el segundo premio y entraron en la historia de Sapucaí y del Carnaval de Rio. El itinerario a través del cual ese bloco consiguió vencer el rechazo colectivo ante su propuesta y vencer implica con la forma en la que, conectando con el ideal de belleza de Platón, Trinta consiguió de forma magistral que su propuesta fuese aceptada de manera unánime en la conciencia colectiva del sambódromo y de Brasil entero. Así, las personas sin hogar, las que recogen basuras, fueron consagradas en Sapucaí, en el único acto recogido de sacralización, y en olor de multitudes, de este colectivo. Esta investigación está en curso, en el marco de un I+D+i del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades del estado español.