Parto en esta propuesta desde una consideración crítica de los servicios socioecosistémicos que introduce la agencia humana tanto como proveedora como consumidora de servicios. A través de una revisión bibliográfica profunda, y una vez aplicada la experiencia directa e indirecta en varias áreas que sufren despoblación, identifico muchos núcleos rurales como portadores de formas de organización territorial que hacen posible la prestación de una serie de servicios fundamentales para el sostenimiento de muchas especies y formas de vida animal, pero también imprescindible para la conservación de fenómenos culturales únicos. Se parte de la premisa de que las áreas rurales son el resultado de una evolución milenaria donde ha tenido lugar una constante creación de saberes y prácticas fundamentales para la adaptación y el mantenimiento de la vida tal cual la conocemos. Por ello, planteo la necesidad de observar estos espacios como enclaves de marcada importancia para el mantenimiento de la diversidad cultural y biofísica de los territorios, la cual hace funcionar la estructura y dinámica de servicios de regulación y abastecimiento de los socioecosistemas. Emplear una visión integral implica entender que la acción antrópica, a través de sus servicios de aprovisionamiento naturales (agua, tierra, minerales, bosques, alimento animal, etc.), revierte en una serie efectos que condicionan la dinámica territorial hasta el punto de hacerla interdependiente de la presencia humana. De esta forma, se pone de relieve la importancia de muchas áreas rurales para la conservación socioambiental del conjunto del territorio.

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