Realizo trabajo de campo junto a un colectivo artivista desde las premisas de la etnografía colaborativa, por lo que considero que en mi trabajo trato con compañeros epistemológicos. Pero no sólo porque son personas extremadamente reflexivas, sino también porque llevan a cabo conscientemente experimentos sociales con fines epistemológicos y políticos. Su activismo se vale de la actitud irónica para neutralizar los puntos de vista dogmáticos de la sociedad (incluido el propio). Estos puntos de vista suelen presentar elementos de contradicción o absurdo, y ellos se valen del détounement para estirarlos hasta su límite elástico. Entonces emerge la provocación con el estallido del dogma, iluminando a los agentes y lógicas sociales tras él. En esta comunicación presentaré algunos de los experimentos llevados a cabo por el colectivo, y especularé la posibilidad de una etnografía gamberra: frente a la empatía, el compromiso y la observación participante de la etnografía convencional, la gamberra se basa en la ironía, la distancia-crítica y la provocación de situaciones extraordinarias para el estudio experimental de fenómenos cotidianos. Por último, realizaré una reflexión acerca de cómo su actividad, que dibuja una trayectoria que va desde la militancia hacia el arte y la teoría, puede informar la nuestra, ahora que cada vez más la antropología se mueve hacia el arte y la militancia.