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“Creen que por ser LGBTI estamos solxs”: vínculos y redes de cuidado entre Venezuela y Ecuador

Al pensar en la idea de “familia migrante” desde los discursos estatales, los programas de cooperación e incluso desde la academia, se suele excluir formas de familia que no encajan en la heteronorma. El trabajo con personas LGBTI en situación de movilidad en tres ciudades de Ecuador, con el apoyo de la org. Diálogo Diverso, muestra que ser vistxs como personas “sin vínculos” de familia o pareja invisibiliza las redes que sostienen sus vidas. Esta ponencia cuestiona esta idea de “soledad” y plantea la necesidad de hacer espacio para la complejidad de las situaciones afectivas y familiares en los lugares donde viven actualmente, además de los vínculos de cuidado que mantienen con personas en Venezuela y otros países de la región. Estos vínculos requieren una co-presencia (así no sea física), similar a lo que Haraway (2016) plantea como “responsabilidad”: la habilidad de ser receptivxs y responder frente a los dolores compartidos. En contextos de vulnerabilidad previos a la pandemia y acentuados por la misma, las redes de apoyo de las personas LGBTI en situación de movilidad son cruciales para afrontar el día a día. Propongo pensar desde el concepto de “corpografía” como lo desarrollamos en el libro “Corpografías: Género y Fronteras en América Latina” (2017) para mirar cómo el cruce entre género, sexualidad y movilidad humana se vuelve cuerpo en la cotidianeidad y para preguntar cómo ese cuerpo es inseparable de sus afectos y relaciones, así como los múltiples lugares que habita de maneras tanto físicas como imaginarias.