¿Qué tipo de saber?, ¿Qué permite hacer? Problematizando la relación entre desconocimiento y racismo a partir del caso de las campañas antirrumores.
Bajo la influencia de la “nueva gestión pública”, han surgido marcos participativos basados en la “gobernanza multinivel” que reúnen actores variados -instituciones, sociedad civil, expertos- en ámbitos diferentes de las políticas públicas. Lejos de plantear soluciones “racionales” ante problemas “realmente existentes”, estas prácticas participativas de corte neoliberal fomentan una noción tecnicista del saber, entendiéndolo como el resultado de un proceso de acumulación lineal de conocimientos objetivos, demostrables y no conflictivos (Shore y Wright, 1997; Shore, 2010; Shore, Wright y Peró, 2010). Un ejemplo de ello son las campañas “antirrumores” que se vienen implementando, en el contexto español, por diferentes ayuntamientos, plataformas y ONG, con el objetivo de desmontar tópicos y prejuicios sobre el/la Otro/a migrante o racializado/a, cuya estrategia principal persigue la sensibilización (Maeso, 2015) mediante el desarme de las fake news y la difusión de informaciones certeras y no “sesgadas”. Pero, si como algunos afirman, en el racismo coexisten tanto el no reconocimiento como el deseo de saber (Balibar, 1991), más informaciones no necesariamente conllevan menos estereotipos (Benedik, 2011), y al lado de los prejuicios está la cuestión del poder (Kilomba, 2010), entonces es necesario problematizar los supuestos subyacentes en este enfoque, para desentrañar tanto los horizontes de sentido que posibilita como las opciones políticas “otras” que invisibiliza. Intentaré hacerlo basándome en mi trabajo de campo posdoctoral, realizado dentro de un proyecto más amplio (725402 -POLITICS- ERC-2016-COG, 2017-2022) enfocado al análisis de las concepciones del racismo hegemónicas entre los principales actores de las políticas públicas de anti-discriminación españolas.