Durante el trabajo de campo en Melilla, una  migrante, retenida en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes me preguntó: ¿De qué nos va a servir esto a nosotras? (Ver Pérez Galán, 2011)Desde entonces la ética me interpela, insoslayable y constantemente. Al enfocar mi trabajo de tesis en las migraciones de africanas, hay un compromiso feminista y antirracista. Mi faceta investigadora no se entendería sin el previo activismo.Desde ahí tengo que buscar un lugar, nunca cómodo, una metodología, armonizar los objetivos de la investigación y el activismo transformador. Repensar para no caer en una deriva inconsciente de investigadora extractivista con síndrome de salvadora blanca. Y sin caer la autoculpabilización por investigar a o con personas vulneradas.En verano de 2018 me integro en Harrera Sarea de Irun, Red de Acogida de migrantes. De nuevo interseccionan mi rol de investigadora y mis convicciones como activista. Otra vez la liminalidad.   Me obliga a estar despierta, consciente de mi posición. A evitar reproducir el racismo hacia las mujeres migrantes. Aporto esa mirada a la Red. Mi género y mi feminismo pueden ser un elemento de alianza con las migrantes, me permitirían detectar problemáticas específicas.La Red me aporta el empoderamiento de lo colectivo, aterriza compromiso e investigación. Se nutre de cada persona que la componemos. Entre todas, a veces conseguimos robar una pequeña oportunidad al entramado de régimen de fronteras. ¿Les servirá esto?Referencia: Pérez Galán, B., “«y esto, a mí, ¿para qué me sirve, señorita?»...”. Ankulegi 15, 2011, 103-114