En esta presentación analizo los datos del trabajo de campo realizado en instalaciones carcelarias para hombres en Portugal para discutir cómo los individuos se definen y reconocen a sí mismos como "criminales" o incluso como alguien que ha "cometido un delito". La discusión gira en torno a cómo los reclusos negocian el significado que se atribuyen a sí mismos, su conducta y los delitos por los que fueron condenados, rechazando la etiqueta de "delincuente", la descripción de sus acciones como perjudiciales y, en ciertos casos, las víctimas resultantes. Estas narraciones se reformulan constantemente en el entorno de la prisión y entre los compañeros, constituyendo otra faceta del "talk of crime" diario. Así, la realidad y la ficción emergen de acuerdo con los interlocutores: el juez, el personal de tratamiento correccional, otros reclusos. Esto significa que la percepción de su propia "peligrosidad" también influye en la forma en que consideran la institución carcelaria, la justicia de su condena y la experiencia diaria dentro de los muros. Verse a sí mismos como personas que cometieron actos violentos, que amenazaron a otros o que pusieron en peligro el orden, es determinante en su propia percepción de sí mismos, en la forma en que racionalizan su delito y negocian su importancia en términos de su impacto en la sociedad.

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