Creando espacios académicos menos coloniales. Asumiendo emociones, ampliando enfoques preestablecidos y escribiendo responsablemente.
Esta presentación propone continuar con el dialogo sobre cómo las emociones, los afectos, las angustias, los posicionamientos políticos, etc. son aspectos fundamentales que enriquecen la práctica etnográfica y la producción de un tipo de documentos etnográficos. Bien que la idea de objetividad ha ido perdiendo vigencia dentro de nuestra disciplina, las prácticas y las experiencias etnográficas, así como las historias que surgen de ellas, son aún cooptadas por algunas formas de hacer y producir conocimientos. El ir al encuentro de los otros podría resultar en una práctica neo-colonial si no es reflexionada y discutida con las personas con las que interactuamos. Es a través de mis experiencias etnográficas con representantes indígenas que participan activamente en algunos mecanismos de la ONU que he percibido cómo formas de ser, estar y hacer desafían categorías teóricas esperadas. La necesidad de crear ‘un otro indígena’ ha sido útil para la perpetuación de la diferencia y jerarquía epistémica, y consecuentemente para dar continuidad a un tipo de práctica antropológica y académica. Esta intervención propone crear mayor apertura al dialogo dentro de los espacios académicos que nos permita el cuestionamiento, la provocación, el pensar en las limitaciones de nuestras prácticas y, asumir la colonialidad que reproducimos, expresada de múltiples formas, cuando buscamos comprender realidades que conviven con la nuestra. Asimismo, el ideal del trabajo colaborativo sigue siendo un objetivo a alcanzar. ¿Cómo hacemos que ‘lo colaborativo’ no quede solo como un adjetivo dentro de nuestros textos? Estas son algunas provocaciones que me gustaría que profundicemos colaborativamente.