Prisioneros de " el otro": el cautiverio en el siglo XVI.
La existencia de cautivos cristianos en el bando musulmán y viceversa era una realidad que en el siglo XVI ya se encontraba plenamente asentada. La posesión de diferentes creencias era suficiente justificación para realizar secuestros y retener al otro, que se convertía en un botín, por el que se esperaba que se pagara un rescate generalmente, elevado y en algunas ocasiones, desorbitado, según la condición social. Aparece de esta manera todo un sistema de redención, con una serie de agentes: Corona; órdenes religiosas redentoras creadas para este fin; alfaqueques, personas reconocidas legalmente para realizar los rescates; pero a la vez, también surgen iniciativas particulares, como ciertos mercaderes, que buscan obtener un beneficio realizando transacción en el bando musulmán.
Los mecanismos de rescate iban legalizándose con toda una serie de documentación regia que ofrecía un respaldo a los agentes, no solo de acción, si no también económico. Ejemplo paradigmático de este hecho y de la magnitud del fenómeno fueron las órdenes redentoras, especialmente creadas para la redención de cautivos, con un gran número de privilegios y exenciones concedidas que facilitaban su movilidad y la obtención de recursos económicos que permitía la liberación de cautivos.
El trasiego de cautivos se convertía en una especie de guerra velada entre dos religiones.
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