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PRÁCTICAS Y SUBJETIVIDADES EN TORNO A UNA EXPERIENCIA DE REGRUPACIÓN FAMILIAR

El proceso de reagrupación familiar es un fenómeno transnacional, en el que el sujeto reagrupante, es alguien que viene y que presenta un contrato que excede  de lo jurídico con la sociedad de acogida; mientras que el reagrupado, es un acompañante en la maleta, parte de un ejercicio cultural. Las reflexiones que se van a exponer en la presente comunicación se extraen del caso de una familia subsahariana, que llega hasta los servicios sociales de un municipio de la Andalucía rural, y en el que se pone de manifiesto cómo el proceso de reagrupación supone, entre otros, una reestructuración de los papeles familiares, y los conflictos que pueden surgir cuando es la mujer, como progenitora y pareja, quien no logra, a diferencia del resto de miembros de su unidad familiar, dar sentido al proyecto migratorio.Prácticas y subjetividades de esta mujer, que tienen sus repercusiones a nivel individual, familiar y de la comunidad, y que pone de manifiesto cómo los procesos de integración social, son altamente complejos, continuos e inacabados en el tiempo. Cuando no se da la integración de la persona reagrupada, es cuando ésta rompe más fácilmente con su invisibilidad, y evidenciándose más las taras y fallas de las políticas públicas, los roles de género, la ausencia de redes de apoyo, o las actitudes etnocentristas de la sociedad de acogida.