En este trabajo me ocupo de analizar la noción de territorio que ha figurado en la política territorial en general y en la política territorial en Colombia. A partir de dicho análisis, me detengo a explicar el modo como la dupla territorio-desarrollo no sólo ha permeado la planeación territorial contemporánea, sino que precisamente gracias a esa misma dupla pareciera haber un consenso global en que el camino a seguir es el que hoy nos traza el denominado desarrollo sostenible. Sin embargo, gracias al análisis que aquí efectúo, centrado más que todo en los planes nacionales de desarrollo formulados en Colombia a partir de la promulgación de la vigente Constitución Política de 1991 (ocho planes y treinta años de historia), logro poner en consideración del público lector los supuestos conceptuales que operan en el discurso del desarrollo sostenible y me arriesgo a plantear que el modo dominante como se entiende actualmente el territorio desde dicho discurso, además de desvirtuar otras visiones que resultarían más pertinentes para abordar desafíos tales como el cambio climático, parece querer perpetuar una idea de la naturaleza como recurso que impide sentir, pensar y actuar otras maneras de relacionarnos entre nosotros, los seres humanos, y la naturaleza. Algunas de estas otras maneras se hallan en concepciones del territorio de base étnica de las cuales presento aquí dos ejemplos. El trasfondo de mi análisis es la ética ambiental que, no obstante, es cuasi-invisible a lo largo del texto y solo emerge también de modo muy sutil en la conclusión.