El modelo de familia nuclear de la modernidad, que se asienta en el mito del amor romántico y aparece asociado, como apunta Josefina Pimienta Lobato, a la construcción del individuo moderno, ha dejado de ser la opción más plausible en nuestras sociedades actuales, pasando a convivir con otros modelos afectivo-sexuales, relacionales y familiares. El desarrollo de relaciones poliamorosas -un modelo que surge en los años setenta del pasado siglo en EE.UU. basado en el mantenimiento de relaciones de manera simultánea con varias personas- o la anarquía relacional -que huye de las categorizaciones hegemónicas y desde la que se proponen vínculos que se entiendan como compromisos y acuerdos específicos construidos en común- parecen hablar de una tendencia al cambio en los regímenes afectivos, reforzando la correlación entre determinantes económicos y sociales y estructuras afectivo-relacionales. Esta comunicación, basada en el trabajo de campo llevado a cabo por un grupo de investigadoras en Madrid, abre una ventana etnográfica para explorar las distintas afectividades y lógicas -tanto sociales como particulares- buscando poner en diálogo los diversos modelos, sus lógicas y condicionantes. Retomando el debate feminista surgido en los años ochenta planteamos una propuesta que, más allá de explicaciones unicausales, trata de conciliar de manera simultánea, los determinantes materiales, ideológicos, simbólicos y emocionales, desde una co-constitución entre la sociedad y sus modelos afectivos y relacionales.