La presente comunicación pretende abordar el papel de las emociones – entendidas como categorías culturales – a la hora de adscribir significado y valor a cuerpos y objetos que afectan a la manera de categorizar la “locura”. Más específicamente, la propuesta examinará las relaciones socio-técnicas que se establecen dentro del campo de la salud mental en dos niveles: a) El efecto normativo resultado de analizar la dimensión estructural de las emociones en el discurso biomédico sobre salud mental en su tarea de responder a los malestares sociales de la vida cotidiana contemporánea; y b) un acercamiento a los repertorios de acción movilizados por colectivos activistas en salud mental mediante prácticas de cuidado, entendidas como estrategias de re-acción. Estos dos niveles, lejos de entenderse como esferas excluyentes y/o autónomas, se hallan estrechamente vinculados a través de una relación dialéctica y performativa que, precisamente por ello, permite entender este último nivel en términos transformativos. De esta manera, el análisis de estas infraestructuras del cuidado deviene crucial a la hora de entender el cuidado como una práctica contextual y relacional concreta de re-significación de la “locura” que pone en su centro las experiencias (inter)personales y cuya tarea es eminentemente política.