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El concepto de participación como límite y oportunidad en los procesos de inclusión espacial.

El concepto de participación ciudadana que se promueve por parte de las administraciones públicas incide directamente en las prácticas sociales que construyen determinados roles o papeles a la vecindad. Con el análisis de procesos concretos y cómo éstos se vinculan con categorías como la convivencia, podemos observar cómo la capacidad transformadora de la ciudadanía directamente implicada en los retos sociales se ve directamente condicionada por el modelo de participación existente. Cuando la ciudadanía se comprende y construye desde un papel reivindicativo o de queja, en donde asume un papel "consumista" de bienes y servicios, las posibilidades de cambio de sus propias realidades se ven ampliamente limitadas. Si por el contrario, se promueve un concepto participativo de ciudadanía, a construir a través de procesos amplios y flexibles, las transformaciones podrían incluso llegar a ser estructurales. De ello se deduce la hipótesis que ha guiado esta investigación: que el modelo individualista de ciudadanía, consumista de derechos, enfocado hacia las soluciones cortoplacistas, no alcanza procesos sociales transformadores. Mientras que, la puesta en marcha de procesos amplios de participación sí puede hacerlo. Las imágenes de partida que se manejen sobre el territorio, así como su vinculación con determinados grupos históricos representativos, tienen mucho que decir -como variables potenciales o limitantes- en estos procesos. Comparando diferentes posiciones históricas relacionadas con el componente de clase, analizando el papel que los diferentes protagonistas asumen, se pueden extraer conclusiones muy evidentes que relacionan directamente implicación ciudadana intercultural con posibilidades reales de transformación social. Todo este análisis está enmarcado en diferentes contextos históricos y actuales del barrio del Polígono de Toledo.

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