En el estudio transcultural del dominio de la Antropología del parentesco entendido como organización sociocultural de la reproducción humana del grupo, aparecen contenidos vinculados a la procreación y a la crianza de los niños que si no universales, son extremadamente generales. Para dar cuenta de ellos habría que tomar en consideración no solo los contextos ecológicos y socioculturales sino también modelos reproductivos y formas de organización social que se desarrollan en especies Homininae donde la inhibición de la relación agonista entre machos puede ser favorecida por formas de relación estable macho hembra o hembras y donde se dan colaboraciones entre machos y hembras o entre hembras en la preservación de las crías. También fenómenos neurológicos y hormonales vinculados a la crianza. Podemos aceptar de los supuestos de la Antropología del género que la distinción macho/hembra es la naturalización occidental de una dicotomía culturalmente operada sobre la base de rasgos sexuales externos (o cromosómicos, fisiológicos y/o génicos) que no expresa de forma apropiada el espectro de variabilidad entre individuos. Pero no podemos concluir que la construcción cultural de las diferencias de género y la heterosexualidad normativa y/o adaptativa no se opera sobre ninguna base biológica, ni entender la reproducción de la especie humana sin compararla con las formas evolutivamente más próximas. El propósito de este diálogo es desarrollar los vínculos entre Biología evolutiva y Antropología del parentesco y del género, tratando de contribuir a la elaboración de una perspectiva ontológica y teórica transdisciplinar en temas relativos a procreación y los cuidados parentales, que si bien se muestran como productos culturales, históricamente construidos y diversos, deben analizarse en sus relaciones complejas,

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