En la coyuntura contemporánea de las democracias representativas, una de las condiciones fundamentales para la adquisición de una ciudadanía participativa es el uso del espacio público (de calidad), ciudadanía entendida como un proceso de construcción de las identidades personales y como miembro de comunidades diversas. Es decir, es el espacio de conexión y de continuidad identitaria entre los elementos construidos, las poblaciones y sus actividades. Sin embargo, los territorios de esta vida social son cada vez más complejos y difusos, sobre todo en el ámbito rural; asimismo lo es la identificación de la ciudadanía en relación con el uso de un determinado territorio común (como barrios o parques, museos, centros cívicos, por ejemplo). En este contexto, la presente ponencia expone algunos de los hallazgos registrados en el municipio cántabro de Camargo. Específicamente, se llevó a cabo un análisis sociodemográfico del municipio, y a partir de este, se desarrolló un plan de Participación Ciudadana con el objetivo de incluir las voces de la sociedad civil y las iniciativas ciudadanas como propuestas de renovación viables del uso comunitario del espacio público (situadas en tiempo y espacio posibles de realización) y que impacten en la  mejora de la calidad de vida de los habitantes del municipio. 

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