Desde hace algunas décadas nos encontramos en medio de un cambio paradigmático que cuestiona la legitimidad del conocimiento moderno - occidental. Durante décadas, los individuos, grupos y sociedades en situaciones de exclusión han sido vistos como receptores pasivos de un conocimiento producido por otros, especialmente por expertos y técnicos que sólo han reconocido una forma de conocimiento. No obstante, y de forma gradual, acudimos a un cambio que supone la liberación de un  “otro” que había perdido su poder de significar, de negar, de establecer su propio discurso oposicional y propositivo. Este cambio liberador no puede imponerse, sólo descubrirse por la vía de la conciencia individual. Es un proceso de "darse cuenta" de una situación de exclusión u opresión que nadie puede realizar por otro ser humano y que implica la transición de una conciencia inocente  (aceptación de una relación de poder desigual) hacia una conciencia crítica (negación, oposición y acción). Los cambios en el plano de la conciencia alimentan y, simultáneamente, son alimentados en niveles interescalares de tipo meso (grupos) y macro (sociedades). Estos procesos se describirán, a nivel empírico, mediante las acciones de construcción de  conocimiento silenciado por parte de las víctimas de violencia en Colombia. Los resultados sugieren que, en pequeña escala, estamos ante una reconfiguración paulatina del mapa social,  cultural y político de la construcción de conocimiento.