Las vallas, murallas y alambradas suelen ser las formas de materialización más evidente de la frontera física. No obstante, las fronteras simbólicas y urbanísticas, los espacios percibidos como seguros o inseguros, también se trazan como resultado de la tensión entre intencionalidad política, los grupos delincuenciales, la iniciativa privada y la reivindicación ciudadana. La presente comunicación se focaliza en la identificación de las fronteras que se han construido en la ciudad de Morelia (Michoacán, México) desde el año 2006, cuando se inició la guerra del Estado contra el narcotráfico en la república mexicana. Nos interesa indagar sobre la incidencia de la violencia en la reconfiguración del espacio público y en la definición de nuevas fronteras que restringen la condición de espacio “público”. El método empleado en la investigación ha sido la observación directa y el análisis de fuentes documentales de categorías de análisis tales como: procesos de exclusión o autoexclusión del espacio público, estrategias de reducción de violencia urbana, recuperación/disputa por el espacio público, incremento de la vigilancia policial y de la seguridad privada, así como la proliferación de cámaras de vigilancia. Los resultados permiten identificar las nuevas fronteras construidas en la ciudad y analizar las implicaciones en la vida de sus habitantes.

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