Las áreas rurales españolas se enfrentan a menudo con graves problemas de sostenibilidad. Ello es muy evidente en las zonas montañosas del norte de España, donde la despoblación y el envejecimiento de la población alimentan un círculo vicioso que hoy se revela insuperable. Cantabria es una de las regiones del Estado en las que se evidencia esta situación. Mientras la población se ha ido concentrando durante el último siglo en la franja costera y en el centro de la región, la población de los espacios rurales ha sido progresivamente succionada. Razones fundamentalmente económicas han conducido a una retracción progresiva de los servicios en el medio rural, resultando especialmente afectados los educativos, los cuales generalmente han sido segregados de las pequeñas entidades y trasladados a las cabeceras municipales o, incluso, a las comarcales, invocando para ello una eficiencia funcional y, sobre todo, económica. La ponencia partirá del análisis del caso de la comarca de Campoo, en el sur de la región, en la cual el desequilibrio demográfico se ha convertido en un problema endémico, que ha terminado por afectar a la equidad en la distribución de los recursos educativos de la comarca, contribuyendo tal vez con ello a agrandar el desarraigo de sus habitantes y a hacer más difícil la sostenibilidad social de este espacio geográfico interior.

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