Para mejorar la cobertura en el nivel de educación superior y fomentar el reconocimiento cultural, lingüístico y étnico, la Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe (CGEIB) creó a las universidades interculturales en México en 2001.A catorce años de su apertura, se han producido diversas experiencias y críticas. Por un lado, se alude a su baja calidad educativa y operación con poco presupuesto; a la alta rotación de su personal; y a las dificultades que enfrentan para colocar a sus egresados(as) en campos laborales donde hay escaso margen para el autoempleo. Otro señalamiento es que, a pesar del genuino interés por trascender los fantasmas indigenistas que persiguen históricamente a las políticas, las universidades interculturales evidencian una reconfiguración en clave neoindigenista del proyecto educativo. Por otro lado, se han llevado a cabo proyectos comunitarios de corte autogestivo que impulsan el desarrollo local y fortalecen la reivindicación étnica y lingüística de los pueblos indígenas.Como parte de los resultados de mi tesis doctoral, que trata sobre las concepciones académicas que operan en el campo universitario y en la configuración del perfil profesional del Licenciado(a) en Gestión Intercultural para el Desarrollo (LGID) en la UVI sede las Selvas, ubicada en el sur de Veracruz, propongo una reflexión acerca de los efectos sociales de la política educativa intercultural en esta encrucijada del neoindigenismo y la autogestión de experiencias que han surgido dentro de estas universidades, y que reclaman autonomía y libre determinación.

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