Uno de los modelos desarrollados hoy en el ámbito de la promoción de la salud nos habla de los activos de salud en tanto que factores que mejoran la capacidad de mantener la propia salud y el bienestar de las personas y colectivos. Abarca el conocimiento de los hábitos de salud y conductas de la persona, íntimamente relacionados con los estilos de vida y el ambiente sociocultural en el que se desenvuelve. Si el estilo de vida y el entorno social resultan tan importantes para conseguir un buen nivel de salud, y dando por sentado que la pertenencia a colectivos específicos implica un reconocimiento identitario y una manera específica de entender determinados aspectos de la vida social, cabe preguntarse hasta qué punto la adscripción a un determinado colectivo social implica la presencia de unos activos en salud o de conductas de riesgo específicas. En este sentido, realizamos un estudio entre el colectivo autodenominado friki, con el objetivo de conocer sus hábitos de vida y detectar la presencia de activos o riesgos que se relacionen con la salud física, psicológica y social. Partimos de la existencia constatada de un colectivo con identidad propia basada en pautas de ocio, sobre el cual existen estereotipos muy arraigados (baja socialización, introversión, sedentarismo, mala alimentación,…). En el presente trabajo, inscrito en un proyecto mayor, detectamos una mayor presencia de activos en salud frente a conductas de riesgo, confirmando la necesidad del estudio de las identidades colectivas dentro del ámbito de la promoción de la salud.

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