Colombia es el peor país para ser sindicalista. Tres mil trabajadores han sido asesinados en los últimos 30 años siendo el Estado, organizaciones paramilitares y multinacionales los involucrados en muchos de los crímenes. El asesinato masivo de sindicalistas es una realidad histórica en la que se aprecia un ejercicio de poder basado en la muerte ejemplarizante y con la que se ha buscado acumular capital y eliminar oposición política -especialmente de izquierda. Sin embargo, el abandono del Estado a los sindicalistas no resulta en el cese de acciones de protesta social pacífica y organizada; al contrario, el sindicalismo ha generado cambios a nivel nacional, departamental y regional durante confrontaciones y adaptaciones.Éste ensayo aborda la resistencia de habitantes del municipio de Puerto Gaitán, trabajadores tercerizados y obreros afiliados a la Unión Sindical Obrera (USO) a la violencia y desposesión. Luego de hacer trabajo de campo en Puerto Gaitán, considero (1) que los sindicalistas al adaptar sus peticiones a las necesidades sociales y ambientales de los residentes, anularon la muerte social y física impuesta por la multinacional -Pacific Rubiales Energy (PRE), el estado y las mafias; (2) que la integración y resistencia abierta les permitió retar la violencia ejercida en su contra; y (3) que el sindicato y el movimiento social moderniza el país al denunciar y actuar ante la estructura semi feudal compuesta por barones de la mafia e instituciones del Estado.

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