El concepto de corrupción surge de la separación conceptual entre la vida pública y la privada. Esta separación ficticia complica nuestro entendimiento de lo que es realmente la corrupción. La asociación intrínseca entre corrupción y buen gobierno emerge de una perspectiva occidental sobre la relación entre sociedad y estado, con el sistema legislativo como marco estructural determinando límites entre un comportamiento público moralmente apropiado y uno criminal. Emergen los siguientes temas: una connotación moralista sobre el buen gobierno; una estructura de poder político particular; y una prescripción sobre el comportamiento del invidividuo dentro del espacio social.Esta ponencia considera el concepto de corrupción dentro de un contexto político y social que transgrede los temas previamente mencionados: Cuba socialista. Dentro de un contexto histórico en el cual prácticamente no había distinción entre la vida pública y privada, y con una configuración del poder político que penetra hasta el nivel vecinal, el concepto de corrupción toma en Cuba un significado particular. La corrupción, que en un principio fue considerada como símbolo de la decadencia de la República apoyada por Norte América y subsecuentemente se transformó en un acto de traición a la Patria a partir de la Revolución de 1959, se manifiesta hoy en actos de nepotismo y amiguismo que emergieron en la década del 90 como expresiones de lo que los Cubanos llaman 'sociolismo'. Estos comportamientos 'corruptos' juegan una función dentro de la vida social Cubana y articulan cambios políticos y sociales contemporáneos.  

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