El trabajo que aquí se expone pretende ser un espacio teórico de aproximación a la Tesis Doctoral que llevo ejecutando. Mi interés reside en argüir acerca de los estares de las mujeres. Para ello, mi atrevimiento a romper los esquemas estructurales que justifican el sistema médico como ente omnipotente en la apropiación de un estado de salud dudosamente adaptado a la realidad social. La finalidad es poner sobre la mesa la cuestión de cómo la medicina crea los malestares de las mujeres en su definición patológica desde la óptica androcéntrica, en detrimento de éstas. Para ello se pone en cuestión el modelo hegemónico, a través de la ruptura del presupuesto médico y la des-categorización de la enfermedad, rescatando los roles culturales, familiares y de género que influyen, de manera cuasi totémica, en el desarrollo de los (mal) (bien) estares. La pretensión es ir perfilando los criterios diagnósticos que sustentan y avalan las enfermedades y ampliar la visión causal, que acogiéndonos a la terminología de Bourdieu, se centrarían en el habitus de las mismas, entendiéndolo como un conglomerado de comportamientos, creencias, pensamientos que construyen una serie de modelos y hábitos adoptados por la persona en el andar de su vida. La cuestión por tanto, no es desvincular la práctica sanitaria, sino mostrar y desmitificar los argumentos que legitiman la incompatibilidad del discurso médico con el de la antropología de la salud, así como de mostrar las diferentes técnicas para abordarlas, cuyo fin último de este territorio sea el de producir un método de abordaje terapéutico en conexión con la realidad socio-cultural en la que se vive.

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