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DESIGUALDAD SOCIAL, GÉNERO Y ALIMENTACIÓN

En esta ponencia se tratará la relación existente entre desigualdad social, el género y la alimentación. El sistema patriarcal defiende, basándose en suposiciones “naturalizadoras”, la división sexual del trabajo separando la esfera productiva -la masculina-, de la reproductiva –la naturalizada femenina argumentada por la cultura androcéntrica a través de razones biológicas (García-Oliva, 2013). Estas razones han sido cuestionadas y desmitificadas, especialmente desde la antropología (Mead, 1982; Juliano, 2004) pero la ruptura con la ideología de la mujer como madre y cuidadora no se ha realizado. Los procesos de socialización alimentaria participan de forma contundente en la reproducción social de la desigualdad, la cual no se pone en cuestión, porque se ha llegado a aceptar como naturalidad biológica. Las mujeres nutren, cuidan, educan a través de la comida, aunque se trata de un trabajo poco valorizado (doméstico), y por supuesto no pagado. En esta ponencia vamos a tratar de mostrar si el contenido de estas tareas, que incluye conocimientos y habilidades específicas (saber-hacer alimentario), y su valoración social se transforma en contextos de incremento de dificultades cotidianas. En particular, nos preguntamos qué sucede en épocas de crisis económica cuando disminuyen los recursos alimentos o cuando algunos de los miembros de la familia sufre algún tipo de enfermedad en la que la alimentación tiene un papel esencial, como en la obesidad (García-Oliva, 2012). ¿Cómo resuelven las mujeres estas situaciones? y ¿hasta qué punto se las hace responsables de ellas? ¿Se incrementa la desigualdad social por género cuando las cosas empiezan a ir mal? ¿La mujer asume estas responsabilidades y se culpabiliza si no ofrece una solución? A algunas de estas preguntas y otras más queremos responder a través de la ponencia.

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