La presente comunicación toma como título un lema del activista intersex Mauro Cabral: “venimos del horror, vamos a la justicia”. La historia de las personas intersex es una historia, efectivamente, de horror: de condenas judiciales y ejecuciones públicas en la hoguera hasta las mutilaciones cometidas hoy en día en los Hospitales occidentales en aplicación de protocolos médicos basados en una lectura binaria de las corporalidades. Sin embargo, de ese horror caminamos a la justicia. Desde hace varias décadas, y, en especial en los últimos cinco años, la lucha por el derecho a tener derechos de las personas intersex está poniendo en jaque las construcciones binarias de los sistemas jurídicos. En esta comunicación plantearemos una genealogía de los activismos intersex en la construcción de una ciudadanía no basada en la genitalidad que nos está planteando un reto jurídico de calado: la posibilidad de una nueva generación de derechos (la quinta en el tiempo, aunque defenderemos que se trata de una generación cero, una suerte de precuela a las distintas generaciones de derechos) en cuyo centro no estén las personas sino las corporalidades, esto es, una suerte de derecho a la libre autodeterminación de los cuerpos.  

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