En la sociedad de hoy en día no es posible realizar nuestra práctica etnográfica sin que se entrecrucen en ella las nuevas tecnologías de la comunicación. Como método de investigación o como en el caso de nuestro trabajo, como una herramienta o procedimiento más, permiten el acceso a un campo de estudio donde las relaciones entre y con los actores sociales se establecen por estos nuevos canales y vías de comunicación.La búsqueda de un pasado común generalmente ignorado y la recuperación del patrimonio cultural legado por unos antepasados emigrantes es el motor que ha puesto en marcha iniciativas que, a través de la red social Facebook, se están encargando de promover el establecimiento de comunidades virtuales transnacionales entre los EEUU y España. Descendientes de andaluces, asturianos, gallegos o valencianos, en este país norteamericano, buscan y encuentran en esta red social la ocasión de compartir experiencias, testimonios, fotografías, incluso recetas, por los que se sienten unidos en un pasado, una cultura y un origen común.En las sociedades contemporáneas occidentales, estas miradas hacia el pasado, mediante unas herramientas actuales, son una muestra de la necesidad de anclajes cuando, la globalización y un individualismo exacerbado, ha debilitado el poder regulador y cohesionador de los grupos como las clases sociales, la familia o la religión. La rapidez, lo transitorio y precario de los vínculos establecidos llevan a la necesidad de crear relaciones sustitutorias y que ofrezcan la seguridad de la pertenencia. Herramientas como Facebook se muestran como potentes mecanismos capaces de restablecer, al menos de manera ilusoria y virtual, esos lazos.