Los efectos de la crisis económica han tenido un especial impacto en el sector de la construcción. La burbuja inmobiliaria movilizó tal cantidad de capital económico y social que, al estallar, dejó en situaciones delicadamente precarias a una gran cantidad de sujetos que tenían un fuerte vínculo de dependencia con el sector. Cabe resaltar que dicho vínculo no era solo económico, muchas personas habían construido una cotidianidad, y por lo tanto un yo, a partir de su realidad laboral. Justamente ese motivo es el que justifica que la crisis haya afectado a muchas más esferas que la económica. Uno de los grupos más intensamente perjudicados han sido los obreros de la construcción con una edad superior a los 45 años. Este segmento de la población tiene unas características inherentes a sus historias de vida que hacen que, una vez sucedido el crash, se quedaran sin recursos para ejercer una movilización política, activa y colectiva en contra de lo que ellos mismos perciben como “una gran injusticia, una estafa”. Algunas de las principales razones que explican esta no movilización o movilización pasiva y atomizada son las particularidades de las formas y los ambientes de trabajo que proliferaron durante la expansión de la burbuja inmobiliaria.Resumiendo, el principal objetivo de este estudio radica en intentar contestar a la siguiente pregunta: ¿Por qué los trabajadores de la construcción con una edad laboral avanzada han desarrollado solamente actos de resistencia pasiva e individual ante una injusticia flagrante y percibida como tal por ellos mismos?