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De los cuerpos asesinados a los panteones divinos. Representaciones del movimiento memorialista de la Iglesia en México y España y sus consecuencias cotidianas

La transformación de los religiosos y laicos cercanos a la Iglesia asesinados en los numerosos conflictos del siglo XX en nuevas figuras de los panteones divinos, y por lo tanto en nuevos mediadores entre el cielo y la tierra, ha sido una consecuencia más de la lectura en clave religiosa de confrontaciones que se produjeron también y sobre todo por motivos políticos y desigualdades sociales.A diferencia de otros cadáveres políticamente significativos pero religiosamente inocuos, que también fallecieron por causas violentas en las guerras y posguerras contemporáneas, los restos corpóreos de los mártires e incluso los objetos que tocaron adquieren con la santidad un valor agregado y trascendente. Su dignificación trasciende el mero entierro en un lugar decente donde poder ser recordados.La comunidad de los creyentes piensa que estos mártires cercanos, conocidos e incluso vinculados genealógicamente con sus fieles, rogarán por los suyos ante Dios con más vehemencia que los santos ajenos. El contacto con sus objetos o sus cuerpos, tan cercanos en el tiempo, en el espacio y en la memoria de la carne vehicula de modo estrecho a los simples mortales, nacidos en las mismas localidades, con lo divino a través del sufrimiento de algunos de sus vecinos.Esta comunicación indagará, a través de ejemplos de santidades cercanas españolas y mexicanas (los llamados “Nuevos testigos de la fe”), algunas de sus iconografías, sus trascendencias y las consecuencias que este movimiento memorialista de la Iglesia tiene para la vida cotidiana de los católicos de ambos países.

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