LOS CUERPOS DE LAS MUJERES COMO MARCADORES IDENTITARIOS: EL CASO DE ISRAEL.
La regulación de los matrimonios entre personas de diferentes razas, etnias, religiones, nacionalidades o estratos sociales ha sido una cuestión recurrente a lo largo de toda la historia. Podemos encontrar algunos ejemplos en la Cuba y el Marruecos colonial, la América esclavista, la Alemania nazi, la Sudáfrica del Apartheid o en el Estado de Israel en la actualidad. En estos contextos, la endogamia (racial, de clase, de nacionalidad,…) es la norma y el incumplimiento de ésta supone un desafío al orden público y pone en juego el mantenimiento de las fronteras de grupo (Stolcke, 1974; Mateo, 2006). Las prohibiciones legales y las limitaciones sociales en torno a estas relaciones no son neutrales al género y las estrategias de control sobre los cuerpos y la sexualidad de las mujeres se utilizan para impedir el mestizaje y asegurar el poder de los grupos sociales dominantes sobre los “otros”. A partir del trabajo de campo realizado en Israel, desde el año 2007 hasta la actualidad, he podido comprobar que las intersecciones entre el cuerpo femenino, las relaciones de parentesco, la situación de conflictividad social y las relaciones políticas son claramente perceptibles (Rivera, 1996). En este contexto, los discursos identitarios y las narrativas nacionalistas se inscriben en los cuerpos de las mujeres israelíes, tanto judías como palestinas, y las convierten en representantes simbólicas de la “nación” y en reproductoras de las fronteras de grupo (Katz, 2006).
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