La comunicación quiere ser un acercamiento a las diferentes manifestaciones de la denominada música tradicional cretense, después del trabajo de campo realizado entre los años 2006-2009. Entendemos la música como hecho cultural (Merriam 1964) y también social, por eso, no nos limitamos sólo al estudio de los sonidos o instrumentos musicales, sino también pretendemos introducir en nuestro relato otros elementos de la vida cretense sin los cuales muchos aspectos de estas músicas serian difíciles de entender. Aparte de hablar de los diferenes géneros y estilos que configuran esta música, así también como de las canciones, se hará especial hincapié en sus músicos y especialistas, destacando aspectos concretos de su profesionalización y sus procesos de aprendizaje. Por otro lado, se introducen cuestiones de género siguiendo la línia ya trazada en su momento por Tullia Magrini (2009) en sus estudios sobre músicas del Mediterraneo y sus prácticas musicales. En el caso que nos ocupa, son muchos los contextos en los cuales se hace música (Dawe 2007), pero resulta imprecindible hablar de la fiesta (del panigiri y glendi), si pretendemos describir las prácticas musicales de este sociedad o de cualquier otra. Por otro lado, en nuestra aproximación, tampoco queremos dejar de lado las problemáticas asociadas a las políticas culturales, la mediamorfosi o los procesos de producción. Por último, cuando unas músicas tienen profundas raíces a lo largo de la historia es fácil ponerlas en relación con las identidades colectivas (Josep Martí 2000), y es en este punto que pretendemos resaltar una de las funciones que asociamos directamente a la música de Creta: la de expressar sentimientos de pertinencia. Una música con la cual se construye socialmente cierto tipo de identidad.