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Trayectorias que generan identidades disidentes: relato de una investigadora cancerosa.

Desde la Edad Moderna el conocimiento que – aún y siendo usurpado desde lo social- no ha podido reciclarse institucionalmente en espacios tales como universidades y hospitales, ha sido considerado nulo. Siendo de igual modo las trayectorias de quienes han sido disidentes con los sistemas autoritarios reprimidas sistemáticamente.   Criticar un espacio universitario anquilosado en privilegios decimonónicos, disentir de las prescripciones médicas, no encajar en la horma binaria creada para la paciente ideal; basada en la rígida canalización hacía un concepto de maternidad y de feminidad heterocentrado y asfixiante, es ir en contra de la función social de la normalización corporal, sexual y de género. Los relatos que voy creando desde este lugar periférico de enunciación, desde el que ahora abordo el reto de conceptualizarlos como epistemologías sureñas, me proporcionan la posibilidad de transformar mis proyectos vitales y profesionales.   Mi lugar de enunciación brota desde las periferias conceptuales, con una perspectiva decolonial y la autoetnografía feminista como motor de análisis y metodología. Crear relatos desde los sures epistémicos es un reto teórico experimental. No considero que estos lugares de enunciación se configuren territorialmente, son otras experiencias y prácticas por ejemplo la colectivización de los recursos, la creación co-laborativa o los relatos en primera persona. Este esfuerzo se enfoca en reconocer y crear trayectorias disidentes de los sistemas impuestos autoritariamente. Reflexionar para introducir una ética del cuidado en la investigación y en las prácticas médicas, creando conceptos no patologizantes y puentes entre el activismo y la academia, es mi principal preocupación.  

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