Los mapuche, actores mayormente excluidos del sistema político electoral chileno, han intentado en diversos periodos aproximarse a estos campos de poder. Con el retorno de la democracia en la década de 1990 esta aproximación se ha dado mayormente en las elecciones municipales. Muchas de estas aproximaciones han resultado exitosa, dando por resultado un escenario donde movimientos etnopolíticos han logrado controlar ciertos gobiernos locales. El caso paradigmático sucedió en Tirúa, una pequeña comuna del centro sur chileno, donde el alcalde mapuche Adolfo Millabur contribuyó de manera notable a transformar el escenario político local. Entre los principales cambios se cuenta una creciente transformación en la distribución del poder político municipal, donde la presencia mapuche, ya sea como alcaldes o concejales, ha aumentado de manera casi absoluta.En esta ponencia me interesa mostrar cómo este proceso se fue construyendo con base en una noción de poder autoimaginada, cercana a lo planteado por Clastres en el sentido de un poder con tendencia centrífuga, pero que dicha concepción se fue transformando/corrompiendo a lo largo de los años, dada las articulaciones del proyecto político local con las dinámicas más amplias que lo envolvieron, fundamentalmente con la dinámica de los partidos políticos.

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