Los Hach Winik, uno de los grupos indígenas más pequeños de Mesoamérica ha causado fascinación entre estudiosos y viajeros desde principios de siglo XX. En la actualidad, la misma fascinación, fortalecida mediáticamente por la administración pública, conduce a turistas de todo el mundo a adentrarse en la Selva Lacandona mexicana para descubrir los secretos de su cultura, la riqueza de su ecosistema y los vestigios dejados en su territorio por la antigua civilización Maya.A lo largo de las dos últimas décadas, los Hach Winik, más conocidos como lacandones, han ido consolidando una oferta turística no exenta de dificultades. A través de una importante inversión gubernamental con un enfoque de desarrollo turístico convencional, los proyectos se han enfrentado a numerosos retos propios, algunos de ellos, de la planificación centralizada. Así, los apoyos se han orientado casi exclusivamente a la construcción de planta turística, con escasa adecuación a las características locales, ausencia generalizada de planes de viabilidad y amplias lagunas en el campo de la capacitación. Las acciones exógenas de carácter genérico, actuando sobre una realidad histórica, cultural y social de gran particularidad, han dado como resultado una realidad turística que presenta numerosas contradicciones.Combinando las perspectivas expuestas en la literatura por distintos autores especializados con las interpretaciones que de su realidad presentan los empresarios turísticos lacandones, esta comunicación muestra las luces y las sombras del turismo en las comunidades indígenas de Nahá y Lacanjá Chansayab en el municipio de Ocosingo (Chiapas).