El estudio de la cultura ha sido central en la antropología desde los inicios de la disciplina, y las primeras definiciones científicas del concepto provienen de los antropólogos de finales del siglo XIX. En la actualidad, a las aproximaciones al concepto de cultura propias de la antropología se añaden otras que provienen de la psicología y de la etología. Estas disciplinas han ido generando nuevas definiciones, a partir de fundamentos teóricos y metodológicos distintos. En la presente comunicación se pretende abordar algunas de las aportaciones recientes de disciplinas como la psicología cultural, la psicología cognitiva, la etología cognitiva y la primatología cultural, que pueden contribuir a la comprensión del fenómeno al que llamamos cultura. Respecto a cuestiones como la de cómo ha evolucionado la capacidad humana de generar cultura o de cómo ésta se transmite, estas disciplinas han hecho importantes y complementarias contribuciones. Las disciplinas que estudian animales no humanos nos pueden ayudar a comprender qué es la cultura humana, que comparte y, sobre todo, que la diferencia de las manifestaciones culturales de otros animales no humanos y cuáles son sus orígenes en términos filogenéticos. Por su parte, la psicología cognitiva y la antropología cognitiva pueden, y a nuestro entender deben, fertilizarse mutuamente. De la misma manera que el conocimiento generado por otras disciplinas es útil para la antropología, proporcionando otras perspectivas y sugiriendo preguntas nuevas, el conocimiento generado por la antropología debe serlo para éstas.