Una vez que los/as estudiantes de antropología terminan los estudios académicos se diversifica su relación con la disciplina, que va desde la pérdida de contacto al abandonar la universidad, hasta el compromiso con ésta mediante la investigación o la docencia, así como otras maneras de hacer "uso" de ella. En todo caso quedan estas prácticas circunscritas a ámbitos muy restringidos. Desde nuestra experiencia en el recorrido realizado hasta hoy en una asociación de Antropología de ámbito "local", hemos podido constatar cómo el asociacionismo es una forma eficaz de no perder los vínculos, de compartir experiencias y trabajos con otros/as compañeros/as, de promoverlos y darles visibilidad a través de diferentes formatos de exposición en contextos concretos, en nuestro caso el de una pequeña ciudad. Pretendemos con esta comunicación, por un lado dar a conocer nuestras prácticas asociativas y someterlas al escrutinio de otros/as compañeros/as, recoger sus críticas, ideas y sugerencias. Por otro lado poner de manifiesto que la antropología puede y tiene que trascender del ámbito académico con el fin de conseguir su reconocimiento por parte de la sociedad civil, de las instituciones y de un tejido empresarial que, en mucho casos, ni siquiera saben de su existencia.